“Cuando aprendí el bajo de la chacarera sentí que sonaba como mi corazón”, describió Carina en una entrevista para la Radio Municipal, repleta de felicidad por su último logro, y agregó que recibir la felicitación de Nahuel Pennissi fue otra de las grandes emociones que le trajo este 2020.

Carina empezó a tocar a los 8 años, con un arpa fabricada por su papá, quien además fue su primer maestro.

“Él le enseñaba a mi hermano, y creía que yo quería molestar en sus clases. Hasta que me vio llorando y le conté que yo también quería aprender. Me lavé la cara, me explicó cómo tocar el feliz cumpleaños y logré interpretarlo con una facilidad que se sorprendió. Desde entonces practicábamos casi todos los días, Él me enseñó a tomármelo en serio”, recuerda la joven arpista.

Sus años de niñez siguieron con arpa en mano y mucha energía para aprender, hasta que llegó la “edad del pavo y apagó un poco la cosa”. Fue finalmente una amiga de su hermano, que tocaba en la Orquesta Escuela, la que la animó a sumarse y volver al ruedo. A los 15 estudió arpa en la Casa de la Cultura, participó de los Juegos Bonaerenses, tocó en diferentes lugares del país, y no dejó de perfeccionar los movimientos con las manos y sus 37 cuerdas.

“El cóndor pasa” será posiblemente el tema que elegirá en el Pre Cosquín el próximo 18 de enero en la plaza Próspero Molina, esperando su pase a al festival más importante del país.